El sindicato Nacional de Escritores condena enérgicamente las políticas y acciones anti-inmigrante aplicadas por el gobierno de Estados Unidos que separa a las familias y “encarcela” a niños.
Es indignante ver las imágines de los niños migrantes encerrados en jaulas, de escuchar las historias de miles de familias que han sido separadas en la frontera sur del país. Estas acciones son inhumanas, crueles, propias solo de gobiernos tiránicos.
No se debe permitir que en ningún país o territorio del mundo a ninguna ley, a ningún gobierno que maltrate a los más débiles. La justificación o el respaldo de estas clase de hechos bajo el escudo de una legislación es un acto inmoral.
No importa que partido, que facción haya suscrito tales leyes. Es a discreción del gobierno el ejecutar o no estas leyes y la forma en la que estas se ejerzan, y es evidente que el gobierno de Donald Trump ha decidido ejercerla de la manera más cruel posible. No hay ley que justifique separar a un infante de sus padres, y mucho menos encerrarlos en jaulas.
Estos hechos ratifica una vez más el desprecio que este presidente tiene hacia los migrantes, de los que se ha referido como “animales” o “plaga”. “No seremos un campamento de migrantes” afirmó Trump, pero se olvida que este es un país de migrantes, que fue fundado con la premisa de proteger la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Derechos inalienables que también cubren a los inmigrantes.
No es un accidente o una casualidad que en medio de esta crisis el gobierno de Estados Unidos decidiera abandonar la Comisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Es claro que este gobierno pretende seguir violando los derechos humanos de todos aquellos a los que consideran indeseables, como los migrantes o los musulmanes.
La xenofobia, el racismo, la intolerancia no engrandecen a un país, en cambio si son un reflejo de la decadencia de su sociedad.
Es por esto que desde el Sindicato Nacional de Escritores exhortamos a todos los escritores, intelectuales y artistas del mundo, y al movimiento obrero mundial a condenar estas violaciones de los derechos humanos en Los Estados Unidos.
De la misma manera los exortamos a particiar marcha a la Casa Blanca, o en las diferentes protestas en su ciudad, el sábado 30 de junio de 2018. Está en nosotros, como ciudadanos de esta mundo no permitir ni perdonar estos actos.